miércoles, 30 de junio de 2010

Del mar

Vi,
a la orilla del amarillo y azul,

el blanco de una gaviota,

que se retrata fotosensible,

Oí,

enseguida de la playa
,
una caracola que cantaba,
imitando la voz de las olas.


Sentí,
en el perfil del océano,

que nereidas me llamaron.
..


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Encuentros

Espero que donde contrasta lo firme con lo semipalpable,
ahí en donde se toca la arena con el agua de mar;
encuentres junto a un coral, la alegría de todos los vientos marinos,
regresa hasta el tope de almas de estrellas acuáticas,
y de fanfarreas que llegan con el galope burbujeante del hipocampo.

Cuando estés allá, en donde nuestro mundo termina,
al borde de la humanidad;
búscate un destello del reflejo infinito del infinito,
del espejo interminable, en donde alimentan la luna y el sol
su vanidad lumínica.

Y si sales de tarde,
te aconsejo que lleves tu caña,
lanzala ligera,
así nada mas,
por encimita de las olas, que las sal es carnada.
Y ten paciencia,
una única de las distorsionadas y bailarinas nubes tendrá que picar.

Se que no solo conocerás esa verde-azul visión,
también la increíble, libre y contenta vida.

Se que regresas con mas que la sensación, de los pies en la arena,
el mar te regalara el sentimiento de que es cotidiano lo perfecto,
tal como lo eres tu.


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Y otra vez esa caracola me canta sus voces de olas,
y yo nado con nadie,
pez payaso entre anémonas.


Y bailo la danza de la barca mecida,

con le ritmo que baja desde el desemboco de un río.

Agua dulce en tus mareas
...